Si en el post anterior hablaba de un elemento muy popular en la pintura barroca, las calaveras. En este post hablaré de la luz, que es la gran protagonista de la pintura de dicho período, pero además es el elemento clave para el éxito o fracaso de cualquier maquillaje.
Los grandes maestros de la pintura barroca, empezando por Caravaggio, siguiendo por Velázquez, Vermeer, Rembrandt o Chardin dominaron el arte de la luz a la perfección, con ella suavizaban los contornos, realzaban formas, creaban sombras... y de ese modo, el pintor consigue jugar con el espectador, es él quien marca las normas del juego y nos guía por el lienzo gracias al uso de la luz.