Son los tocadores, uno de esos muebles capaces de levantar pasiones, rezuman glamour por sus cuatro esquinas y destellos de feminidad por sus espejos, como te hagas con uno te resultará complicado deshacerte de él, y si todavía no lo tienes, en más de mil ocasiones te habrás planteado la posibilidad de hacerte con uno.
Los tocadores son reductos de paz e intimidad, en ellos guardamos nuestros tesoros, nuestros secretos, y sin duda nuestros objetos fetiches, esos que nos feminizan, esos que nos hacen sentir más bellas y deseables, desde cosméticos pasando por perfumes y sin olvidar joyas y lencería.
En este blog pretendo elogiar a este cada vez más, desusado mueble, y todo lo que en él guardamos. La historia de amor con mi tocador dura ya veinte años. Y, ¿la tuya?
Yo porfíiiin tengo mi propio tocador ^^
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